Blanca Helena Rodríguez tuvo que esperar 89 años para conocer lo que era cocinar con gas natural domiciliario en su casa. A su edad, siempre usó el método con el que creció al lado de sus padres: la estufa de leña.
Gracias a una iniciativa, de esencia comunal, puedo inscribirse en un proceso de instalación de gas domiciliario que, luego de dos años, ya es un hecho. Vive junto a su hijo Efraín en una pequeña casa con paredes de adobe y tejas de barro, en la vereda Palacio Alto del municipio de Sutatausa, Cundinamarca.
Blanca hace parte de los 401 beneficiarios de la primera etapa del proyecto comunal que lo hizo posible y que a la fecha está terminando una segunda fase y avanzando en una tercera etapa.
¿De qué se trata?
Diego Quiroga, expresidente de Asojuntas Sutatausa y ex concejal del mismo municipio, fue uno de los comunales que lideró este proceso que llegó a otras poblaciones vecinas como Tausa, Cucunubá y Ubaté.
Con la ayuda, inicialmente, de los presidentes de la Juntas de Acción Comunal de las poblaciones de Palacio, Novoa, Concubita, y sectores El Chircal y La Quinta, se sentó la base de lo que hoy es una demostración de lo que ellos llaman “fuerza comunal”.
“El proyecto empezó en el año 2016. Me reuní con presidentes de junta, como José Rodríguez y Gabriel Pachón, y todo los demás, donde intervenimos en la primera etapa. El proyecto consistía en llevar el gas natural a los diferentes sectores”, explicó Quiroga.
Mencionó que, por las distancias entre las viviendas, ninguna empresa se comprometía a instalar el gas. Golpearon las puertas de compañías como Vanti, pero no llegaban a ningún acuerdo.
De acuerdo con José Alberto Rodríguez, presidente de la vereda Concubita desde hace 6 años, junto con Diego Quiroga y otros lideres comunales como Gabriel Pachón, viajaron hasta un caserío más allá de Chaparral, Tolima, en busca de una compañía llamada Energy Gas, con experiencia en conexiones masiva rurales.
“Conseguimos que un ingeniero de esa compañía visitará la región y nos reunimos en la vereda Palacio donde incluimos a todas las comunidades, inclusive poblaciones como Pueblo Viejo de Tausa, y Tausavita Ubaté, porque era una necesidad”, mencionó.
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Punto en el que coincide el expresidente de Asojuntas Sutatausa, quien manifestó que Energy Gas se interesó en el proyecto. “Llegó un ingeniero llamado Jorge Montaña a una reunión, y llegamos al acuerdo de hacer unos planos, revisar realmente cuánta tubería se iba y mirar los costos, porque a nosotros nos decían que era muy caro, pero nunca cuánto, entonces él nos dijo que debíamos colocar la mitad ellos y nosotros la otra mitad, todo para que el proyecto fuera viable. Inscribimos la gente por medio de los presidentes de junta”, resaltó.
Con la empresa comprometida y las familias inscritas, el proyecto de gasificar varios hogares de zonas rurales arrancó. “Este es un proyecto modelo porque fuimos directamente los presidentes de junta los que asumimos la responsabilidad de un proyecto tan grande”, añadió.
En su primera etapa, cada una de las familias aportó una suma de $2.269.000, los cuales pudieron pagar a 12 cuotas. “La empresa creo una cuenta donde las personas iban consignando hasta completar el valor total, el resto, un valor de $800.000, los aportó la Gobernación de Cundinamarca como subsidio para las instalaciones internas. “Nos fuimos a la Secretaría de Minas y Energía a tramitar los primeros 401 subsidios, porque algunos no salieron de los 700 que se solicitaron por un problema de digitación. Los otros 300 quedaron para la segunda etapa”, explicó Quiroga.
Las dificultades
En medio de todo el proceso llegó la pandemia que demoró el avance del proyecto y puso en apuros a los gestores. “Tuvimos muchos inconvenientes y fue duro, porque entró la pandemia en plena obra de construcción, se pararon las obras un tiempo, el material se escaseó por el tema de importaciones, y tuvimos demoras, había mucha presión; pero se retomó, terminamos, dimos el servicio a la primera etapa y avanzamos en la segunda”, contó el líder comunal.
Con una segunda etapa avanzando en las veredas de Peñas Cajón, Peña de Boquerón y Peñas de Cucunubá y Rasgatá, y parte de la vereda Pajarito de Tausa, de acuerdo con sus gestores comunales, son ya 400 familias beneficiadas con la red que está por conectar.
“Hay una tercera etapa que es el municipio de Cucunubá, todas las veredas alrededor del casco urbano, como Chápala, Media Luna, Pueblo Viejo, Traviesas y demás”, añadió Quiroga.
“¿Qué es lo importante? Que ya tenemos un proyecto regional, que estamos beneficiando a más municipios y haciendo viable la operación para la empresa que nos apoyó desde el principio”.
Gabriel Pachón, presidente de la vereda Palacio, y otro de los gestores, indicó que solo en su sector se beneficiaron un promedio de 250 familias. “Muchos no creyeron, y ahora ya saben del gran poder de la acción comunal, que podemos sacar proyectos adelante para el beneficio de las comunidades que hoy se siguen sumando”, finalizó.
A sus 89 años, Blanca Helena Rodríguez ya completa cerca de dos meses disfrutando del servicio. Ya le llegó la primera factura. “Estoy muy agradecida, ya les mandé le primer pago por $7.100 pesos.”, dijo entre risas. “Antes cocinaba con leña con la madera que me traída el hijo por ahí, ahora es mucho más sencillo”, concluyó la mujer.
Jorge Suárez Celis
REDACCIÓN LA VILLA