Una tensa situación se vivió en el municipio de Guachetá, Cundinamarca, luego de que ciudadanos se enfrentaran a uniformados de la Policía durante operativos de control vial realizados el viernes 24 de abril. El hecho se presentó tras la entrada en vigencia del convenio interadministrativo firmado entre la Alcaldía de Guachetá y la Oficina de Tránsito de Ubaté, con el cual «se busca fortalecer la seguridad vial en el municipio».
El convenio, vigente desde el pasado 2 de abril, fue anunciado como una medida para reducir los índices de accidentalidad y garantizar que el parque automotor de Guachetá cumpla con las normas básicas de tránsito. Desde entonces, se han realizado operativos de control que, inicialmente, tuvieron un enfoque pedagógico y de socialización. Sin embargo, en los últimos días, las acciones pasaron a una fase correctiva, imponiendo comparendos y realizando inmovilizaciones de motocicletas, lo que generó el rechazo de algunos sectores de la comunidad.
Tras los hechos ocurridos, la Alcaldía de Guachetá emitió un comunicado lamentando lo sucedido en las instalaciones del Comando de Policía, donde se registraron altercados entre ciudadanos y autoridades. «Recordamos que el uso del casco, la portación de la documentación al día y el respeto a las normas de tránsito son obligaciones de cada conductor y un requisito indispensable para proteger la vida de todos», señaló la administración municipal, que además hizo un llamado a la calma y al respeto por las autoridades.
La Alcaldía también reiteró que la seguridad vial es un compromiso de todos y explicó que, durante el último mes, agentes de tránsito de Ubaté llevaron a cabo campañas pedagógicas en Guachetá para socializar la normativa vigente. Entre las principales recomendaciones están portar casco reglamentario, chaleco reflectivo en horarios nocturnos, licencia de conducción, SOAT y revisión técnico-mecánica al día.
Opiniones divididas
La jornada de control y los enfrentamientos posteriores desataron una ola de opiniones divididas entre los ciudadanos y líderes de la región.
El concejal de Ubaté, Andrés Moya, crítico de este modelo, recordó que el objetivo principal es garantizar en el marco de la ley. «En esto termina el afán de querer recoger vehículos que finalmente beneficia a un privado. Claro que se deben hacer controles, pero no atropellando a los de ruana«.
En esta misma línea, un ciudadano expresó su inconformidad señalando que la creación de oficinas de tránsito «resulta beneficiosa para unos pocos, a costa de gente que simplemente se moviliza para trabajar y mover la economía». Añadió que en municipios pequeños, donde aún persisten carencias en infraestructura básica como acueductos y vías, «es injusto exigir documentos y sancionar sin antes garantizar condiciones dignas para los habitantes».
Por otro lado, algunas voces salieron en defensa de los controles. César Forigua, otro ciudadano, manifestó: “Quisiera conocer la opinión de los familiares de las personas que han perdido la vida por conductores que circulan sin SOAT, sin casco, sin técnico mecánica, sin placas, llevando hasta cinco personas en una motocicleta, incluidos bebés, y a alta velocidad dentro del casco urbano».
Otro comentario resumió la posición de quienes apoyan la medida: “Si todos los usuarios tienen sus documentos en regla y respetan las normas de tránsito, no se presentan estas situaciones”.
Una tarea de pedagogía y control
La administración municipal insistió en que el objetivo de la alianza con la Oficina de Tránsito de Ubaté «no es sancionar por sancionar, sino proteger la vida de todos los actores viales». Agradeció el apoyo de quienes han entendido la importancia de cumplir las normas y pidió a los motociclistas verificar la vigencia de sus documentos, portar los elementos de protección reglamentarios y respetar las normas de tránsito.
Mientras tanto, las autoridades locales y la comunidad deberán encontrar un punto de equilibrio entre el ejercicio de control y la búsqueda de un tránsito más seguro, en medio de un ambiente que, por ahora, sigue caldeado.