Hace nueve años, Edwin Ballesteros conoció a Olga Solano, una mujer con movilidad reducida que vivía deprimida por su condición y su capacidad limitada para moverse dependiendo siempre de una persona. La situación de Olga la viven muchas personas en la región y parece a veces que el sistema se encarga de alejarlas y tratarlas como objetos, pero para ellos nació ‘Biciruedas’, un proyecto que adapta bicicletas para población con movilidad reducida en Simijaca y que les sirve como medio de transporte, hacer terapias y divertirse.
Edwin, líder de esta iniciativa, quien también tiene una discapacidad visual, es licenciado en Educación Física, y nada ha frenado su capacidad para ayudar y contribuir activamente en la mejora la calidad de vida de la población con discapacidad motora. Con ese pensamiento altruista inició su proyecto en Simijaca y cuando supo de la condición de Olga se preguntó si una bicicleta convencional se podía adaptar a sus necesidades motoras y terapéuticas.
Con material de chatarra construyó la primera Handbike, una bicicleta que hace tracción con la fuerza de las manos, y más adelante -en sus búsquedas por internet- descubrió la Bicisilla, una adaptación entre una silla de ruedas y una bicicleta.
Su curiosidad lo llevó a investigar y a buscar apoyo de ingenieros mecánicos agotando todas las posibilidades, hasta lograr que, de a poco, las personas de su municipio se fuesen sumando, e incluso hoy cuenta con el apoyo de la reconocida modelo Belky Arizala, con la que crearon la Belkysill, (versión mejorada de la bicisilla) otro vehículo que a la vez que desplaza a las personas, genera terapia en las piernas del paciente gracias a pedales eléctricos.
“Este proyecto para mí es muy importante porque no se hace mucho por el tema de discapacidad, entonces yo decidí hacer la diferencia y poner un granito de arena y ayudar a todas aquellas personas que lo necesitan. Toda mi vida he sufrido de discapacidad y he sido testigo de la apatía, el rechazo y de la falta de oportunidades; y desafortunamente por tener una discapacidad a veces a uno se le cierran muchas puertas”, comenta.
Con el paso del tiempo, y luego de los excelentes resultados que tuvo Olga con la Handbike, Edwin vio la necesidad de ampliar su proyecto de Biciruedas y se le ocurrió ponerle a la bicicleta un motor eléctrico, tanto, que recibió apoyo por parte de los exalcaldes Diego Peña y Germán Rodríguez.
Junto a un grupo de voluntarios que ha conformado, Edwin hoy cuenta con 15 personas con movilidad reducida a las que ayuda con las terapias, trabajo que complementa con ciclopaseos, dinámicas, juegos y la práctica de algunos deportes.
“Ojalá las alcaldías se interesen por estos proyectos de inclusión, que no solo es para actividad física, sino que cambian vidas y aquí en Simijaca hay varios testimonios de personas con movilidad reducida que lo demuestran”, narra Edwin.
Antes de aventurarse en esta iniciativa, trabajó con varias administraciones como profesor y lideró proyectos en diferentes municipios que tenían la intención de que las personas con discapacidad motora lograran practicar deportes y pudieran recrearse de la mejor manera. Además, fue el impulsor y creador de la primera escuela de formación deportiva para personas con discapacidades de movilidad reducida en Simijaca.
Actualmente, lidera la Corporación Usqua-Xisqua, organización con la que canaliza todas las ayudas y que, de acuerdo con Edwin, en lenguaje chibcha significa nacer, crece y dar vida a un nuevo ser.
El proyecto de Biciruedas también ha desarrollado este mismo método para trabajar con personas invidentes y pretende, junto a la Corporación Usqua – Xisqua, seguir creciendo de la manos de las administraciones locales y departamentales que se quieran vincular a esta iniciativa para cambiar las vidas de las personas con este tipo de discapacidad.