El drama de la familia que sobrevivió a accidente de tránsito en Ubaté

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Al conductor responsable de los hechos, Jaime Enrique Rivera, residente del municipio de Chía, le salió negativa la prueba de alcoholemia.

El miércoles 26 de diciembre de 2018 a las 4:48 de la tarde la vida de la familia Ramírez Alarcón se partió en dos luego de que una camioneta de alta gama se llevará por delante el Renault 9 rojo en el que se transportaban. Luz Marina Alarcón, de 48 años y Hanner Ramírez, de 43, esperaban el cambio a verde del semáforo ubicado en la calle 4ta en Ubaté (en frente del Hospital El Salvador), cuando sintieron el fuerte impacto que los arrastró casi 10 metros adelante dejándolos gravemente heridos.

En este mismo hecho, una mujer de 75 años perdió la vida y otras cinco personas quedaron heridas. Una de las más graves fue Hanner, quien tuvo que ser remitido a la ciudad de Bogotá debido a la gravedad de sus heridas.

Al conductor responsable de los hechos, Jaime Enrique Rivera, residente del municipio de Chía, le salió negativa la prueba de alcoholemia que le tomaron las autoridades. Sin embargo, una cámara del sector muestra cómo este vehículo pasó a alta velocidad metros antes de chocar.

¿Qué ha pasado?

Cuando ya han pasado cerca de tres meses del lamentable hecho, La Villa logró contactarse con Estefanía Ramírez Alarcón, hija de Hanner y Luz Marina. Ella contó que su padre duró 55 días en la Clínica La Colina y ahora se encuentra en hospitalización domiciliaria. “Le están haciendo terapias porque el daño fue grande”, dice la joven de 20 años.

Esta familia tuvo que dejar la comodidad de su casa, ubicada en la vereda Tausavita Alto, para irse a vivir a la localidad de Usme en Bogotá y pagar arriendo en una casa. El motivo: la EPS no le lleva la atención médica domiciliaria hasta Ubaté.

A Luz Marina le dieron 10 días de incapacidad debido a que sus heridas no fueron de mayor gravedad. No obstante, ella pidió a Flores Ubaté, la empresa donde trabaja con su esposo, las vacaciones que le debían, adelantó otras y pidió licencias no remuneradas con el fin de acompañar a Hanner y el próximo 30 de marzo deberá retornar a su trabajo.

Por su parte, Jeison Ramírez Alarcón, de 18 años, el hijo del medio, decidió aplazar semestre de gastronomía para poderle ayudar a su hermana y mamá en los cuidados de Hanner.

Pero quizá una de las decisiones más difíciles fue dejar en el municipio de Sutatausa a Sofía, la hija menor de esta pareja, que a sus 14 años tuvo que irse a vivir a la casa de una compañerita del colegio. “No podíamos dejarla sola en la casa. Mi hermanita no quería estudiar”, cuenta Estefanía.

Narra, además, que Sofia quien cursa noveno grado en el Colegio de Sutatausa, iba acompañando a sus padres el día del accidente, pero durante la espera del semáforo, Luz Marina le pidió el favor que se bajara a comprar unas cosas en la tienda. “Se salvó de milagro”, señala.

Estefanía también cuenta que cuando ocurrió el accidente ella no vivía con sus padres porque tiene un hogar, pero decidió acompañar a su papá en este difícil momento.

El diagnóstico

Hanner sufrió un trauma craneoencefálico con daño axonal difuso, una de las lesiones encefálicas más frecuentes y más devastadoras,​ ya que el daño ocurre sobre un área amplia más no en un punto focal del cerebro. “Le afectó muchas cosas. El día del accidente en el Hospital de Ubaté nos dijeron que él tuvo una luxación de cadera y le mandamos a tomar una radiografía particular porque no aguantaba el dolor y parece que tiene una fractura de cadera, pero estamos esperando los resultados de los exámenes para saber bien qué tiene”, explica la joven.

Y agrega que no se acuerda de algunas cosas. “No se acuerda lo que pasa el día anterior, pero si sabe quien es su familia y tiene claro sus recuerdos viejos: donde trabajaba, donde vive y eso”.

Recalca, además, que su padre no puede usar una silla de ruedas, ni tampoco andar con muletas, porque el brazo derecho y la pierna izquierda no las puede estirar bien. “Se apoya con nosotros porque un brazo lo tiene encogido, no lo puede estirar del todo, al igual que una pierna, la cual no puede apoyar”.

Hanner y Luz Marina, en compañía de dos de sus hijos. Archivo particular.

El proceso judicial

Sobre cómo va la responsabilidad penal del conductor que causó el accidente, dice que aún no se ha definido nada. “No se ha hecho la primera conciliación con la Fiscalía. El señor tampoco ha dado la cara, no ha llamado y no sabemos nada”, recalca.

Aunque el vehículo rojo quedó casi con perdida total, Estefanía le comunicó a este medio que la Fiscalía los llamó para entregarles el carro, pero que deben pagar los días de patios. “No hemos podido sacarlo porque no tenemos dinero suficiente. El 7 de marzo pasamos un derecho de petición a tránsito para saber qué va a pasar”.

Añade que la semana pasada Luz Marina viajo a Ubaté a cumplir una citación con la Sijin, y se enteró de que la abogada de Jaime Enrique Rivera estaba buscando a las víctimas. Al preguntarle si han pensado la posibilidad de recibir una hipotética indemnización, responde que esperarán con qué secuelas va a quedar Hanner. “Debemos esperar la evolución de mi papá porque no sabemos cómo va a quedar. Él no puede caminar solo, no se puede bañar, todo debemos hacerlo nosotros. Le vamos a dejar todo al abogado”, culmina.

REDACCIÓN LA VILLA


Espere siguientes informes sobre este caso.