
Hace cuatro años, una adolescente de 17 años intentó suicidarse con un tarro de Clorox al darse cuenta que estaba en embarazo y desconocer quién era el papá del bebé que llevaba en su vientre. Esa es la realidad de varias niñas no solo en Ubaté sino en Colombia, al no estar preparadas para ser madres a tan corta edad, consecuencia de su alto grado de vulnerabilidad.
Solo en lo que va corrido de este año, de 372 mujeres en estado de gestación en Ubaté, 49 son adolescentes entre los 13 y 17 años, de acuerdo con cifras del Hospital El Salvador: entidad que atiende al régimen subsidiado; y a la Unidad Médica Orluz, que cuenta con atención al régimen contributivo.
Las cifras contrarían con las presentadas por la Secretaría de Salud del municipio, ente que cuenta con el reporte global de Ubaté y que en lo corrido del año señala que hay 13 adolescentes en estado de embarazo.
Estas estadísticas no solo son alarmantes en Ubaté, pues el embarazo adolescente ha sido una constante en Colombia, país que ocupa el séptimo puesto en Latinoamérica con la tasa de embarazos a temprana edad más altos. Un estudio realizado por Profamilia señala que este fenómeno se debe a la pobreza, deserción escolar y falta de información sobre la sexualidad.
Ivonne Aldana, directora de la Fundación Provida en Ubaté, considera que los adolescentes no carecen de información, sino por el contrario tienen demasiada. Pero que el problema real está en la falta de amor propio y la falta tomar de decisiones asertivas para entender que todo debe ser a su momento. No antes, no después.
“No explicamos los métodos anticonceptivos porque para qué perdemos tiempo en eso si los venden, se los regalan en la calle. La idea es que el método anticonceptivo sea la última opción. Lo primera es qué quiero hacer con mi vida, que si me pongo esas cosas en mi cuerpo y luego que quiera tener hijos, pues no voy a poder. O me pongo a tener un montón de hijos y cuando llegue el amor de mi vida no me va a querer porque tengo una maleta muy pesada”, señala Aldana.
La educación, eje clave para la disminución de embarazo temprano
Luis Miguel Bermúdez, profesor del colegio distrital Gerardo Paredes en Suba, logró disminuir el embarazo temprano. En esa institución 90 adolescentes solían dar a luz cada año y en 2017 fue solo una. Su modelo educativo, y la casi eliminación de embarazos en el colegio donde es profesor, le dio lugar para estar nominado a uno de los 10 mejores maestros del mundo.
Pero, ¿cómo lo logró? Evidenció que en Latinoamérica siempre que se habla de métodos anticonceptivos como prevención de un embarazo no deseado. Sin embargo, veía cómo Europa maneja porcentajes tan bajos en este problemática al enfocar los métodos anticonceptivos como estimulación del placer.
Así empezó a liderar un experimento en el que observó niños en estado de vulnerabilidad, el machismo preponderante en la cultura Colombia y la visión de las niñas frente a lo que sería su futuro. Todas estas situaciones lo ayudaron a entender que el embarazo adolescente es la consecuencia de todo lo anterior y fue así como desarrolló un currículo académico que incluía temas de sexualidad, empoderamiento de la mujer en la sociedad y la eliminación del bullying mediante la aceptación de la diversidad.
Melba del Pilar Rodríguez, rectora de la Institución Educativa Santa María, considera que el embarazo adolescente se combate con mayor formación desde los hogares, buen ejemplo y capacitaciones orientadas a la toma de decisiones asertiva. “El problema estriba en la toma de decisiones porque hay confusión. La información la tienen, pero tienen tanta que se confunden. Una cosa es el verdadero amor y otra el capricho”, dice Rodríguez.
La rectora del colegio femenino asegura que a su llegada al cargo, hace 6 años, eran unas 24 niñas las que quedaban en embarazo al año, luego fueron 8 al siguiente año y en 2017 fue solo una. “Empezamos a darnos cuenta de que a las niñas no se les puede cohibir el deseo o la inclinación que en determinado momento de su adolescencia pueden sentir por el sexo opuesto. Lo que hay que aprender es cómo manejar de manera exitosa esa atracción por el otro”, acota.
En la encuesta Nacional de Salud 2015, se evidencia que los hombres inician una vida sexual más rápido que las mujeres, siendo un 30% que tiene su primer encuentro sexual antes de los 15 años, en comparación con las niñas que ocupan el 14%. Es más, el 17% de los casos de madres adolescentes tuvieron su primera relación sexual antes de los 14 años.
Los casos más críticos
En Ubaté, la Unidad Médica atiende a una madre adolescente de 17 años, que ya pasó por su tercer embarazo. “Se considera un riesgo cuando de un embarazo a otro hay menos de un año. Lo ideal es entre 3 a 5 años y ese periodo entre un bebé y otro se llama periodo intergenésico” asegura, Zulma Guerrero, enfermera coordinadora del programa de gestantes de la Unidad Médica Orluz.
Hasta la fecha, en la entidad en mención, atienden 23 embarazos adolescentes: una gestante de 13 años y 22 más que tienen entre 14 y 17 años. Algunas de ellas presentan síntomas de ansiedad y desespero al encontrarse en estado de embarazo, pues tienen miedo al rechazo, la estigmatización y la desescolarización por el nuevo rol que deben asumir.
Guerrero explica que todos los embarazos adolescentes se consideran de alto riesgo y durante el primer trimestre de gestación pasan por especialistas de psicología al ser, en su mayoría, embarazos no planeados.
La enfermera, encargada del programa de gestantes, agrega que la mayoría de las madres adolescentes están desescolarizadas, tienen poca red de apoyo, bien sea de su pareja o de su familia y estos factores las hacen aún más vulnerables, razones por las que muestran poco interés al asistir a las citas médicas y de control programadas, exámenes ordenados y todo lo relacionado con el cuidado del bebé que están por tener.
“El embarazo adolescente genera círculos de pobreza, es un problema de salud pública, porque interrumpe los proyectos de vida de las adolescentes y, por toda la responsabilidad que tienen, suspenden todo, concluye Guerrero.
Para Juan Nicolás Toloza, médico general de la Promoción y Detección de las Enfermedades (PYD) del Hospital El Salvador, la gestación en adolescentes es causada por el mal manejo del tiempo libre, pues muchas de ellas pasan mucho tiempo solas y no cuentan con el apoyo de los padres.
¿Qué se está haciendo al respecto?
Ubaté cuenta con 13 enfermeras encargadas de la prevención y promoción en salud sexual y reproductiva, más cuatro del Hospital El Salvador, que realizan visitas domiciliarias e intervenciones de acuerdo a las necesidades de la comunidad, trabajando con un equipo interdisciplinar, de acuerdo con información suministrada por Nohora Rojas, Directora de Salud y Acción Social de Ubaté.
Rojas asegura que se realizan cuatro charlas al mes en colegios oficiales ubicados en zonas rural y urbana, espacios en los que se muestran videos explicativos de enfermedades de transmisión sexual, temas de vacunación, entre otros. “La metodología debe ser muy directa: Ya no podemos seguir mostrando el aparato reproductor masculino y el femenino porque estamos en otra era, en un tiempo donde los chicos, con la tecnología y el internet, van más adelante que nosotros”, asevera Rojas.
Sin embargo, tras la consulta de varios entes del área de salud, su percepción es similar: no hay articulación entre las entidades prestadoras del servicio dificultando las tareas y compromisos que permitirían disminuir el embarazo adolescente en Ubaté teniendo en cuenta que es causado por contextos de violencia, falta de oportunidades y mortalidad académica.
Lo cierto es que en Colombia solo 1 de cada 10 mujeres que ha estado en embarazo entre los 13 y 19 años continúa con sus estudios. Las 9 restantes los abandonan de forma permanente y, de ellas, el 62,6% son pobres o muy pobres, de acuerdo con cifras entregadas por Marta Elena Royo, directora ejecutiva de Profamilia.
Karla Andrea Amaya
REDACCIÓN LA VILLA