Sentimiento de tristeza e impotencia es lo que embarga a Camilo Andrés Gómez, un joven de 14 años, estudiante de grado noveno del Instituto Bolívar, a quien le hurtaron la bicicleta con la que participó en el último Panamericano de ciclomontañismo, desarrollado en Paipa (Boyacá) y en el que obtuvo medalla de bronce.
El desafortunado suceso ocurrió el pasado viernes 12 de mayo, a las dos de la tarde, en pleno centro de Ubaté: calle 7 entre carrera 9 y 10, cuando Camilo se dirigía a un domicilio cerca de este lugar en busca de almuerzo. “Salí desde la casa de don Lorenzo Calderón –su entrenador- y recorrí seis cuadras cuando el sujeto, quien iba en bicicleta, me abordó y me cerró. Empezó a hablarme sobre ciclismo y preguntarme cosas al respecto a lo que le respondía con evasivas”, cuenta el joven.
El confundido ciclista, quien se sentía intimidado por la situación, pensó lo peor. Luego de dos minutos del incómodo momento, otro sujeto, que llegó a pie, le arrebató la bicicleta al hombre que acosaba a Camilo. “El ladrón me sacó un cuchillo y me dijo que me bajara de mi bicicleta. Yo quedé sin palabras y me la quitó. Luego, se fue con el otro sujeto”, narra.
Con evidente temor, Camilo reaccionó al instante e intentó correr detrás de sus victimarios. En el intento se encontró a una pareja que venía en bicicleta a quienes les pidió que le prestaran el vehículo para seguir a los hombres. A pesar de que no se la prestaron, fueron tras los delincuentes. “Una chica iba pasando y yo le pedí el favor que me prestara la bicicleta, no me la prestó pero salió con el novio detrás del ladrón, sin embargo le perdieron el rastro en La legua”.
El medallista panamericano describe a uno de los sujetos como un hombre joven, alto, flaco, moreno, con braquets y ojos saltones; el otro: alto, flaco y con gafas.
Camilo, desconcertado, se dirigió a donde unos amigos en la Bicicletería M&M, lugar en el que contactaron a su padre, Luis Eduardo Gómez, quien tiempo después se reúne con su hijo para dirigirse a la Fiscalía a interponer la denuncia por el robo de la bicicleta, valorada en cerca de cuatro millones de pesos. “Está terrible la inseguridad en el pueblo, ya no se puede andar solo”, dijo el papá muy molesto.
En un mes, Camilo tendrá una competencia nacional en la cuarta válida de Copa Colombia, que tendrá lugar en la ciudad de Turbaco, Bolívar, a cinco minutos de Cartagena. Tanto él como su familia esperan recuperar la bicicleta para que siga dejando el nombre de la región en alto.
REDACCIÓN LA VILLA