Debido a un creciente descontento por parte de algunos feligreses que le manifestaron al párroco de la Basílica Menor de Ubaté, Pablo Jaime, su inconformidad con la instalación de reflectores negros en la fachada del templo religioso, conllevó a que la compañía AGM (responsables del trabajo) tomaran la decisión de pintar de blanco los dispositivos de luz luego de ser instalados.
El argumento que los fieles del Santo Cristo alegaban era que el negro (color natural del metal) chocaba con la arquitectura gótica y la línea del principal atractivo turístico de Ubaté. “Parecen moscas en leche” era el comentario.
Para evitar retirar la instalación y perder el trabajo adelantado se optó por pintar las instalaciones para crear un corte armónico a la vista y así eliminar el inconformismo de los reclamantes.
Para muchos fieles, a AGM le faltó “sentido común” a la hora de instalar los reflectores pues los debieron haber pintado antes de ser ubicados. Es decir, ahora deberán hacer doble trabajo.
Este proyecto, que se adelantó en la administración del ingeniero Carlos Santana, tuvo una inversión de 300 millones de pesos donados por AGM. El trabajo debió estar término en los primeros días de diciembre y ser entregado el día 7 del mismo mes, pero por disponibilidad del personal técnico no se dio.

Aún faltan 10 días para finalizar las instalaciones y los reflectores que faltan serán pintados antes de ser colocados.
REDACCIÓN LA VILLA