Desde hace tres meses, Gustavo Arles Montoya trabaja en Ubaté transformando llantas usadas en figuras, muebles y pesebres a escala real. Tiene 47 años, es oriundo de Antioquia, vive con su esposa, Paula Andrea, y es padre de un joven de 24 años.
Llegó al municipio durante la feria artesanal, después de participar en eventos similares en Villa de Leyva, donde elaboró un pesebre con 17 figuras a escala real hechas completamente en caucho reciclado, y en Turbaco, Bolívar, donde realizó otro de menor tamaño. Cuenta que Ubaté le gustó por su ambiente, la acogida de la gente y el apoyo a los artesanos, por lo que decidió arrendar un espacio a la salida hacia Chiquinquirá, donde instaló su taller.


Su historia con las llantas comenzó hace más de una década, cuando trabajaba cerca de un lugar donde las quemaban. Ser afectado por el humo contaminante lo llevó a pensar en cómo aprovechar ese material. “De a poco le fui cogiendo gusto al arte de crear figuras con la basura de otros”, recuerda.
En su taller, Montoya recibe llantas de distintos tipos: de bicicleta, moto, carro o camión. Para fabricar un caballo a escala utiliza alrededor de 15 llantas de bicicleta, más de 50 de moto y varias radiales o de nailon de automóvil. Explica que las llantas radiales, que contienen bandas de acero, son más difíciles de cortar. Un caballo puede tardar una semana en completarse.


“Yo hago figuras por encargo, cualquier figura que la gente quiera. Hemos hecho los dos pesebres más grandes de Colombia en caucho, uno en Turbaco y otro en Villa de Leyva”, comenta.
Además de esculturas, fabrica sillas y otros muebles. Para las sillas, utiliza llantas de cargador, aros radiales y caucho de nailon. Entre sus herramientas se encuentran un bisturí, cuchillas artesanales, un mesón de trabajo, un taladro y una pulidora, con los que da forma a cada pieza.


Montoya asegura que el interés del público crece cada vez más. “Esto llama la atención y gusta a las personas, sobre todo porque estamos aprovechando un material que es bien contaminante”, dice mientras muestra su taller, donde las llantas abandonadas se convierten en arte y en una alternativa de aprovechamiento ambiental.
Quienes deseen donar o entregar llantas usadas pueden contactarlo al 314 210 6767.

