La Laguna de Fúquene es uno de los ecosistemas acuáticos de alta montaña más importantes de los Andes del Norte. Su cuenca está ubicada en 11 municipios de Cundinamarca y Boyacá, entre los que se encuentran Ubaté, Susa, San Miguel de Sema, Fúquene, Chiquinquirá, Simijaca y Cucunubá. Su espejo de agua principal abarca unas 3260 ha en la actualidad, ya que ha perdido casi el 80% de su extensión original de 13.000 ha.
La Laguna es alimentada principalmente por el río Ubaté, que nace en el municipio de Carmen de Carupa, y por los ríos Susa y Fúquene que llevan el mismo nombre de los municipios donde se originan. La Laguna da origen al Río Suarez, principal fuente de agua del municipio de Chiquinquirá. Este río fluye hacia el norte y atraviesa parte de los departamentos de Boyacá y Santander, formando el río Sogamoso que finalmente desemboca en el Magdalena.
Historia
A principios del Siglo XIX, La Laguna fue dada en concesión a José Ignacio París, siempre y cuando realizara labores para desecarla. La desecación de la Laguna probó ser díficil y costosa, por lo que esta responsabilidad fue heredada durante años a nuevos concesionarios. Posteriormente se construyó un sistema de canales y compuertas destinado a convertir a la Laguna en Distrito de Riego. El Distrito de Riego se mantuvo hasta finales del 2016, irrigando los potreros del Valle del Río Ubaté y regulando las crecientes de la Laguna por medio del sistema de canales y compuertas. Paralelamente, la frontera agrícola se fue ampliando, por lo que más del 90% de los bosques de la cuenca fueron reemplazados por pastos para ganadería y cultivos.
Biodiversidad
Dentro de la Laguna y su cuenca se encuentran más de 307 especies de fauna, lo que la hace un “HOTSPOT” de biodiversidad dulceacuícola. El capitán de la sabana Eremophilus mutissi y el cangrejo Neoestrengeria macropa son dos de las especies más importantes por ser endémicas y estar amenazadas de extinción. Además, se encuentran en la zona 12 especies de mamíferos, 7 de anfibios, 5 de reptiles, 6 de peces, 2 de crustáceos y 125 de aves. La gran diversidad de aves presentes en la cuenca de la Laguna, le ha valido la designación como sitio AICAS, es decir de importancia para la conservación de las Aves. Dentro de las aves más emblemáticas de la cuenca se encuentran: ave monjita, rallus, tingua, cucarachero, entre otros.
Problemática Ambiental
Durante los últimos 500 años, la laguna ha experimentado diversos impactos provenientes de las actividades humanas en su cuenca. En un principio estos impactos provenían de los intentos de desecación de la laguna y la expansión de la frontera agrícola y con el tiempo, se les fueron sumando los vertimientos de aguas residuales, la expansión urbana y la deforestación, entre otros.
Por muchos años los flujos naturales del agua en la Laguna fueron regulados artificialmente por medio de un distrito de riego, con el fin de llevar agua a las fincas ganaderas en el valle de Ubaté. Actualmente el distrito de riego dejó de operar, pero la infraestructura de regulación hídrica sigue modificando los pulsos naturales del agua en la zona.


La cuenca de la Laguna de Fúquene ha sufrido un grave proceso de deforestación y hoy en día solo queda el 5% del bosque nativo original. Esto ha causado erosión y por lo tanto sedimentación de la Laguna, la cual gracias a estos aportes y las aguas residuales que recibe, ha perdido casi 3 metros de profundidad y el 50% de su capacidad de almacenamiento de agua. Grandes extensiones de la cuenca ha sido reforestadas con eucaliptos, pinos y acacias negras, lo cual ha tenido un impacto negativo en el suelo y ha evitado el crecimiento de las especies nativas de la zona y la regeneración natural del bosque.
Cambio climático
Los Humedales altoandinos son especialmente vulnerables al cambio climático y la Laguna de Fúquene es uno de ellos. Estos ecosistemas son además vitales para la supervivencia de las comunidades locales, ya que proveen servicios como el agua, la pesca, la regulación hídrica, la depuración de las aguas, la biodiversidad y la belleza de su paisaje. La Laguna de Fúquene por ejemplo, brinda agua a más de 180.000 pobladores de su cuenca, en la cual nace el río Suárez, importante fuente de agua para Boyacá y Santander. Los eventos climáticos extremos como El Niño y la Niña han venido afectando más gravemente a la cuenca de Fúquene, provocando graves incendios e inundaciones.
Posibles soluciones
La solución al problema de la Laguna de Fúquene no es sencilla, ya que sus males son el resultado del mal manejo de toda su cuenca. Es importante resaltar que la recuperación total de la laguna es muy poco probable, dado el estado de deterioro en que se encuentra y el hecho de que gran parte de su extensión original se encuentra habitada desde hace más de 100 años. Sin embargo existen algunas medidas de manejo que pueden mejorar el estado actual de la laguna de manera que siga brindando los servicios ecosistémicos necesarios para la supervivencia de las personas y demás organismos en su cuenca.
Calidad de Agua
La calidad del agua que recibe la Laguna de Fúquene se ve comprometida por varios factores. El primero sin duda son las aguas residuales sin tratamiento previo que los municipios vierten a sus afluentes. El segundo, son las aguas que recibe por escorrentía que están contaminadas con agro químicos y desechos del ganado. Es importante que los municipios solucionen el problema de sus aguas residuales y construyan sistemas de tratamiento. La Fundación ha colaborado con los municipios de Susa, Fúquene y San Miguel de Sema, construyendo plantas de tratamiento con humedales artificiales para sus cabeceras municipales.

Restauración
El análisis de vulnerabilidad y adaptación al cambio climático realizado por la Fundación Humedales, concluyó que la cuenca de la Laguna de Fúquene debe recuperar al menos el 36% de su cobertura boscosa para poder enfrentarse al cambio climático y seguir brindando servicios esenciales a las comunidades. Para lograr esto es necesario restaurar bosques en la cuenca, con programas que utilicen especies nativas y técnicas que permitan que los relictos de bosque se conecten entre sí. La Fundación Humedales ha propuesto el Proyecto Fúquene Paisaje Sostenible con este objetivo.

Mejoramiento de practicas productivas
Muchos de los impactos que afectan negativamente a la Laguna de Fúquene provienen de las prácticas productivas que se llevan a cabo en la región. Es indispensable actualizar las metodologías que se usan y capacitar a la población para que se haga un manejo más adecuado de agro químicos, quemas, minería, etc. Es importante que la autoridad ambiental haga un seguimiento cercano de las actividades y exija el cumplimiento de la reglamentación ambiental. La Fundación Humedales se ha aliado con pescadores y artesanos para ofrecerles capacitación en mejores prácticas y apoyo para la comercialización de sus productos.
Educación ambiental
La protección de los ecosistemas comienza con los más pequeños. Es vital que los jóvenes aprendan a conservar el patrimonio natural de su región. Los programas educativos debe poder explicar los procesos básicos de la naturaleza, así como las alternativas y acciones necesarias para protegerlos. La Fundación Humedales ha venido realizando diversas actividades educativas con los niños y jóvenes de la zona. Se han llevado a cabo siembras de árboles nativos, talleres de arte y juegos con los diferentes colegios.

Fundación Humedales 2017
María Pinilla Vargas, MSc
Coordinadora Área de Biodiversidad y Conservación